1. Abrir a cada rato el refrigerador: Miras y miras, hasta que algo comes, y seguramente no sea lo más adecuado.

2. Comer lo que dejan tus hijos: La frase “no hay que desperdiciar nada”, puede ser una trampa.

3. No tomar desayuno: Después de 8 ó 10 horas sin recibir ningún alimento, la insana costumbre de tomar un simple café al levantarse y aguantar sin comer hasta la hora del almuerzo, o el simple hecho de no desayunar, influyen negativamente.

4. Comer mientras cocinas: Picar mientras cocinas es uno de los malos hábitos más frecuentes, que agregan más calorías a la ingesta diaria.

5. Saltarse comidas: El cuerpo está constantemente quemando energía, pero si ve que no le entra comida, entrará en un estado de “alarma” y bajará su metabolismo. Pasar hambre entre horas no es bueno, y esta misma situación provocará que nuestro cuerpo acumule más cantidad de grasa, ya que el hambre es síntoma de falta de alimento para continuar con nuestra actividad.

6. Comer el pan en el restaurante: Estas agregando a la comida más calorías de las que necesitas.

7. Comer mirando TV: No aprecian el sabor de los alimentos ni sus cualidades y además pierden el control sobre la cantidad que están comiendo.

8. Comer abundante por la noche: Entre los alimentos considerados pesados por la noche destacan los que tienen un alto contenido graso. Las grasas siguen un complejo proceso hasta que son digeridas en su totalidad, por lo que ralentizan mucho la digestión haciendo que ésta sea más pesada e incómoda. Algunos alimentos que debemos evitar por su contenido graso son los helados, los embutidos, el chocolate, los alimentos fritos…

9. No realizar actividad física: Practicar habitualmente actividad física es fundamental para el control del peso corporal, ayuda a combatir la ansiedad, la depresión y el estado de ánimo en general, mejora la autoestima, el descanso nocturno, la calidad del sueño, etc.

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